viernes, 14 de diciembre de 2007

En vivo y en directo

En mi vida no he ido a muchos conciertos, por diversas razones me he perdido de varios. Pero, también he tenido el gusto de haber ido a los mejores de mis grupos favoritos.

El año 1999, fui a mi primer concierto. Aunque no fue precisamente para ver a alguien de mi gusto, sino que fue por acompañar a mi mamá a ver a su amor platónico. Verlo en vivo era su sueño y no tenía con quien ir, así que fui su acompañante. Luis Miguel no era para mí una gran motivación, pero no me era del todo desagradable (creo que me habría negado rotundamente a acompañar a mi madre a un concierto de Juan Gabriel o Marco Antonio Solís).

El año 2001, vi como mi sueño se hizo realidad. Los íconos del rock chileno, la voz de toda una generación, la verdadera leyenda viviente, estaba de vuelta con bombos y platillos. El concierto esperado por años se iba a realizar por fin y yo no podría faltar.

Mi madre me devolvió el favor que le hice 2 años antes y me acompañó al recinto de Ñuñoa para ver por fin a Los Prisioneros tocar juntos sus grandes éxitos. Este concierto confirmaría mi fanatismo por el grupo.

Tuvieron que pasar 16 meses para volver a verlos en vivo, en el mismo lugar pero para una causa diferente: Las Orquestas Juveniles.

Un concierto muy significativo, donde las orquestas hicieron un medley sinfónico de los éxitos de Los Prisioneros e interpretaron con ellos 2 canciones.

Este sería el último concierto que veo al trío sanmiguelino junto.

Después de la batahola generada por la separación, la nueva formación de Los Prisioneros saca el disco Manzana, y su lanzamiento sería en un recital para mil personas en el Teatro Providencia. Me desanimé cuando vi que no me alcanzaría la plata para costear la entrada y ya con la idea de que no asistiría, jugaba un jueguito de la página oficial del grupo, que era un puzzle que armaba la carátula del disco. El premio consistía en una entrada doble para dicho recital.

El día de la premiación reviso sin esperanzas la lista de ganadores, y para mi sorpresa, mi nombre la encabezaba. Con gran alegría asistí (otra vez con mi madre) a un recital íntimo y especial, y que dejaba en claro que pese a las adversidades, el grupo aún tenía el sonido y la fuerza para emocionarte con sus canciones.

El año 2005, Los Prisioneros anuncian que se radicarían en México (cosa que nunca se terminó por concretar, ya que solo Jorge González armó sus maletas y partió) y que su último concierto en Chile sería gratuito y en Maipú. Por supuesto que si era en mi comuna no dejaría de asistir. Me conseguí 4 invitaciones y llamé a mi amiga Maka para que me acompañara (quien llevó a 2 amigos más) y partimos. Soportamos la lata de ver a GIT (me gustan, pero esa presentación realmente aburría) hasta que por fin salieron nuestros héroes. Poco antes y ese día me pasarían dos hechos muy curiosos: antes de ir al concierto y cuando esperaba micro a fuera de mi ex universidad, vi a un niño con la polera de Manzana, que al tiempo después supe que era el Luis Felipe Aravena, a quien yo no conocía en ese tiempo, y que iba para el concierto. También conocí fugazmente al administrador del fotolog del grupo (www.fotolog.cl/prisioneros), Luchín Ortega, a quien solo conocía por msn.

A fines de este año, Claudio Narea realiza varias tocatas para promocionar el disco que según él, saldría muy pronto, pero que demoró casi un año más en lanzarse. Ahí yo fui a verlo al Pub Music de Maipú, con la idea de conocer su trabajo y así poder hablar de él con fundamentos. No fue una gran tocata, la verdad, pero lo pasé muy bien con mis amigos fans de Los Prisioneros.

El año 2006 se anuncia otra reunión muy esperada por mí. Los Tres volvían a escena, esta vez si siendo solo 3. Yo otra vez no tenía plata para ir aunque me moría por verlos. Comenté esto con mis amigas de la universidad, quienes me regalaron la entrada para mi cumpleaños. No podía creerlo. Ya no podía ser más feliz. Mi ex compañera de mi fugaz paso por la Universidad De Santiago, la Vivi, me acompañó en ese concierto, y fue una experiencia increíble.

El año 2007 se anuncia, a pesar de mi incredulidad, que Jorge González se presentaría en el festival Vive Latino, donde además estarían muchas otras bandas, nacionales y extranjeras. Era mi venganza por no haber podido asistir a la Cumbre Del Rock Chileno, donde también participó Jorge.

Al llegar allá me junté con varios amigos fanáticos de Jorge, entre ellos a los ya nombrados Luchín y Luis Felipe. Vi a varias bandas, como a Los Ex, Los Miserables, Los Bunkers, etc. Y tuve el agrado de compartir con Pedro Ruminot (El Hombre Ardiente) cuando Jorge González estaba en el escenario. A parte de la odisea por conseguir un vaso con agua, lo pasé increíble.

A fines de este mismo año, otro sueño se hacía realidad. Una de las bandas más importantes de Latinoamérica se volvía a reunir, y como yo ya había ido a varias reuniones no podía faltar a la de Soda Stereo.

Muy fanáticamente me mandé a estampar una polera, y fui con mi amiga Karla, tan o más fanática que yo. Cantamos hasta que quedamos literalmente sin voz. A la salida me encontré con Luis Felipe, quien había estado en otra ubicación del estadio.

Fue otro concierto inolvidable.

Espero que los años que siguen, pueda seguir asistiendo a tan buenos recitales y seguir disfrutando de la música que más me gusta.

1 comentario:

Daniela.... dijo...

hola pauly ..termine el video

http://www.youtube.com/watch?v=HqYK4gCIMw0